Más allá de la transferencia de conocimientos, técnicas o modelos teóricos, la formación experiencial provoca que los participantes “vivan” situaciones asimilables a su entorno de trabajo y reflexionen sobre esa experiencia, con el fin de conseguir el cambio de actitudes y comportamientos y el desarrollo de sus habilidades.
Diseñamos programas formativos a medida de las necesidades de cada cliente.
Nuestro proceso de trabajo se desarrolla en 3 fases:
Fase 1. Mediante el Mind Mapping, realizamos un primer diseño conceptual de la estructura global del programa, que se valida con el cliente para asegurarnos de que responde a sus expectativas.
Fase 2. Diseñamos la Guía didáctica del programa de formación, en la que se definen detalladamente los diferentes aprendizajes a alcanzar durante la formación y las actividades o ejercicios más adecuados para garantizar dichos aprendizajes. También se establecen en esta fase la duración de cada actividad, tiempos de descanso, etc.
Fase 3. Confeccionamos la Ficha de desarrollo técnico de cada una de las actividades previstas en la Guía didáctica, en la que se definen los objetivos específicos y contenidos de la actividad, las instrucciones que necesitan los participantes para realizarla, los materiales pedagógicos o de apoyo a utilizar, los tiempos específicos para cada fase del ejercicio, y, finalmente, el enfoque y preguntas que lanzaremos durante la fase de reflexión conjunta con la que invariablemente concluye cada actividad.